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carrilleras de cerdo: receta de la abuela
Las carrilleras de cerdo son uno de esos guisos que nunca fallan cuando buscamos un plato de cuchara con todo el sabor de la tradición. Una receta de la abuela, cocinada sin prisas, que transforma un corte humilde en un manjar jugoso y meloso. En esta ocasión os traigo la versión clásica de la abuela de las carrilleras de cerdo al vino tinto, un estofado lleno de matices que conquista desde el primer bocado. Y, como ocurre en tantas casas, admite variaciones deliciosas: con vino blanco para un guiso más ligero o con Pedro Ximénez para los amantes de los contrastes dulces.
A continuación vais a descubrir cómo hacer carrilleras de cerdo fáciles con una salsa untuosa que invita a mojar pan sin descanso.
Ingredientes
Aunque las carrilleras de cerdo son un guiso que cuenta con innumerables variantes en toda la gastronomía española, en Carnicería Víctor Salvo os vamos a enseñar cómo preparar carrilleras de cerdo siguiendo la receta de la abuela, con vino tinto y cocción lenta, para que disfrutéis de una carne melosa y una salsa irresistible que hará las delicias de vuestros invitados y os permita saborear la cocina tradicional en su máximo esplendor.
Ingredientes necesarios para las carrilleras de cerdo
- 1 kg de carrilleras de cerdo limpias
- 2 cebollas grandes
- 2 Zanahorias
- 1 Pimiento rojo
- 3 dientes de ajo
- 2 tomates maduros
- 500 ml de vino tinto
- 200 ml de caldo de carne
- 2 hojas de laurel
- 1 ramita de tomillo fresco
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra al gusto

Receta de rabo de toro estofado
A continuación, os presentamos la receta de carrillera de cerdo al vino tinto, un guiso al más puro estilo tradicional y casero. Aunque os detallamos los ingredientes y pasos que se utilizan en la receta de la abuela, este plato admite variaciones según el gusto de cada casa: desde un toque más ligero con vino blanco hasta una versión más golosa con Pedro Ximénez que aportan nuevos matices y sabores.
preparación de las carrilleras de cerdo
Esta receta no exige demasiado tiempo de preparación, aunque sí necesita una cocción lenta para que la carne quede tierna y melosa, con una salsa densa que hará que no dejéis de mojar pan. Con paciencia y buenos ingredientes vais a conseguir un plato de auténtica fiesta.
En primer lugar, limpiamos bien las carrilleras de cerdo retirando las telillas exteriores que puedan tener y las aderezamos con sal y pimienta negra molida. Este paso es fundamental para que, al cocinarse, la carne quede más jugosa y sim partes duras que estropeen la textura final.
A continuación, calentamos una cazuela amplia con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y sellamos las carrilleras a fuego fuerte hasta que queden doradas por todas sus caras. Este marcado es clave, ya que aporta sabor y permitirá que los jugos de la carne se integren después en la salsa. Una vez doradas retiramos las piezas y reservamos.
Prepara la salsa desde cero
La base de cualquier buena receta de carrilleras de cerdo está en el sofrito, que será el corazón de la salsa.
En la misma cazuela donde hemos sellado la carne, añadimos la cebolla, el ojo, la zanahoria y el pimiento bien picados. Sofreímos a fuego medio hasta que las verduras estén blandas y empiecen a caramelizarse. Incorporamos entonces los tomates rallados o triturados y dejamos que se cocinen hasta que pierdan el exceso de agua y el conjunto quede bien ligado.
Este sofrito concentrado de verduras dará a la salsa ese punto de dulzor natural que contrasta de maravilla con la potencia del vino tinto.
cocción de las carrilleras al vino tinto
Una vez tengamos el sofrito liso, reincorporamos las carrilleras a la cazuela. Vertemos el vino tinto y subimos el fuego para que hierva unos minutos y se evapore el alcohol. Rascar el fondo con una cuchara de madera ayudará a integrar los jugos que quedaron del sellado.
Añadimos el caldo de carne, las hojas de laurel y el tomillo fresco. Tapamos la cazuela y dejamos que el guiso se cocine lentamente durante unas dos horas a fuego muy bajo. Este es el momento más importante de la receta: la cocción lenta permite que la carne se vuelva tan tierna que prácticamente se pueda cortar con una cuchara.

finalizar la salsa
Cuando la carne esté en su punto, la retiramos y pasamos las verduras con el caldo por la batidora hasta obtener una salsa fina y melosa. Si se desea un resultado más elegante, podemos colarla para eliminar cualquier resto.
Volvemos a colocar las carrilleras dentro de la salsa y dejamos que den un último hervor suave de unos minutos. Así conseguimos que la carne se impregne completamente de todos los sabores.
No te olvides de los acompañamientos
Durante la cocción podéis preparar una guarnición que combine a la perfección con este guiso. Nuestra recomendación más clásica son unas patatas fritas caseras, que aportan un contraste crujiente y absorben de maravilla la salsa. También podéis optar por un puré de patata cremoso o incluso un arroz blanco, perfecto para quienes prefieran un acompañamiento más ligero.
Y como toque especial, acompañad estas carrilleras con un buen vino tinto de crianza que potencia todavía más los aromas del guiso.

CARNE TIERNA, SABOR INOLVIDABLE
Preguntas frecuentes
La carrillera de cerdo es el músculo masetero, situado en las mejillas del animal, junto a la mandíbula. Se caracteriza por su alto contenido en colágeno, lo que le da una textura muy tierna y melosa tras una cocción lenta. Es una pieza ideal para guisos y elaboraciones tradicionales.
Antes de cocinarlas conviene retirar la telilla exterior y el exceso de grasa con un cuchillo afilado. Este paso permite que la carne se ablande mejor durante la cocción y que la salsa quede más fina y sin restos fibrosos.
Depende del tamaño de las piezas y del acompañamiento. Generalmente, se calculan dos carrilleras pequeñas o una grande por persona, lo que equivale a unos 250-300 g de carne limpia. Si se sirven con guarnición abundante, como puré de patatas o verduras, una pieza por comensal suele ser suficiente.
Como toda carne magra, contienen colesterol en una cantidad moderada. Sin embargo, su perfil nutricional es equilibrado: son fuente de proteínas de alta calidad, hierro y zinc, con un aporte graso menor que otros cortes del cerdo. Cocinadas sin frituras, pueden formar parte de una dieta equilibrada.
Sí. La versión más tradicional se prepara en cazuela a fuego lento durante unas dos horas, permitiendo que el colágeno se funda y la carne quede muy tierna. La olla rápida solo acorta el tiempo, pero el resultado en sabor y textura se consigue igualmente con una cocción pausada.
Se recomienda un vino tinto con cuerpo, preferiblemente rioja o ribera del duero, ya que aportan matices frutales y de madera que realzan el sabor del guiso. Es importante usar un vino de buena calidad, del que también disfrutarías en la mesa.



