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Chuletas de pavo: al ajillo y al horno Receta paso a paso
Aunque el pavo suele asociarse con platos ligeros o festivos, las chuletas de pavo al ajillo son una receta sencilla y deliciosa que combina la jugosidad de la carne con el aroma irresistible del ajo dorado. Una receta que, con pocos ingredientes y algo de mimo, logra conquistar cualquier mesa.
Su versatilidad permite prepararlas tanto en sartén, al estilo más tradicional, como al horno, para obtener un resultado aún más tierno y con un toque dorado que realza todo su sabor. En ambas versiones, el pavo se transforma en un bocado jugoso, sabroso y lleno de matices.
Ingredientes
Aunque las chuletas de pavo son un corte económico y margo, bien cocinadas ofrecen una textura tierna y un sabor equilibrado, ideal para recetas caseras con un roque gourmet. A continuación, te contamos qué necesitas para preparar esta receta al ajillo y su versión al horno
ingredientes necesarios para las chuletas de pavo
Versión al Ajillo
- 8 chuletas de pavo (de contramuslo o pechuga, según prefieras)
- 5 dientes de ajo grandes
- 1 vaso pequeño de vino blanco
- 1 ramita de perejil fresco picado
- Sal y pimienta negra al gusto
- 1 cucharadita de pimentón dulce (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
Versión Horno
- 1 cebolla en rodajas finas
- 1 pimiento verde y 1 rojo
- 1 chorrito de vino blanco o caldo de ave
- 2 patatas medianas
- Hierbas aromáticas: tomillo o romero

Chuletas de pavo al ajillo
El método más clásico y rápido. Ideal para los días en los que buscas un plato sabroso sin complicaciones. En esta versión, las chuletas se cocinan en su propio jugo con el perfume del ajo y el vino blanco, resultando tiernas y llenas de sabor.
Preparación paso a paso
- Preparar el marinado:
En un bol, mezcla los ajos picados finos con perejil sal, pimienta, pimentón y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Coloca los chuletas de pavo en la mezcla y deja reposar unos 20-30 minutos para que absorban todo el sabor. - Dorar las chuletas:
Calienta una sartén amplia o plancha a fuego medio-alto. Añade un poco de aceite y, cuando esté caliente, incorpora las chuletas. Cocínalas durante unos 3-4 minutos por cada lado, hasta que estén bien doradas. - Añadir el vino blanco:
Cuando las chuletas estén selladas, vierte el vino blanco y deja que se evapore el alcohol durante unos minutos. El vino aportará jugosidad y un toque aromático al ajillo. - Reducir la salsa:
Baja el fuego y deja que el jugo del vino, el ajo y el aceite se integren en una salsa ligera y sabrosa. Puedes añadir un chorrito de agua o caldo si deseas una textura más jugosa.
El resultado: chuletas tiernas, doradas y envueltas en una salsa de ajo irresistible, perfectas para mojar pan y disfrutar en familia

chuletas ya marinadas, listas para disfrutar
Chuletas de pavo al horno
Si prefieres una cocción más suave, esta versión es perfecta. Las chuletas de pavo al horno conservan toda su jugosidad y se combinan con una guarnición de patatas y verduras asadas, creando un plato completo con el mínimo esfuerzo.
Preparación paso a paso
- Precalienta el horno a 200ºC y engrasa ligeramente una bandeja con aceite de oliva.
- Corta las patatas y las verduras (cebolla, pimientos) en rodajas finas y colócalas en la base de la bandeja. Añade sal, pimienta y un chorrito de vino blanco o caldo.
- Marina las chuletas con la misma mezcla de ajo, perejil y aceite de la versión anterior y colócalas sobre las verduras.
- Hornea durante unos 35-40 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción.
- Para un acabado dorado, sube la temperatura a 220ºC los últimos 5 minutos.
El resultado será una carne jugosa, ligeramente dorada por fuera y con ese toque de ajo y vino blanco que llena la cocina de aroma.

No te olvides de las guarniciones
Las guarniciones son el alma del plato, el equilibrio entre lo tierno de las chuletas de pavo y la textura crujiente o fresca que completa cada bocado. Si algo tiene esta receta es versatilidad: se puede disfrutar en una comida familiar o como un plato ligero de diario, dependiendo de cómo la acompañes. Las patatas panaderas, las verduras asadas o una ensalada fresca son los complementos más clásicos, pero también los más acertados para resaltar el sabor del pavo.
Cómo preparar las guardiciones paso a paso
- Patatas panaderas al horno:
- Pelad y cortad las patatas en rodajas finas (de unos 5 mm).
- En una sartén grande, añadid un poco de aceite de oliva virgen extra y pochad las patatas junto con cebolla cortada en juliana durante 10 minutos a fuego medio.
- Cuando estén blandas pero no doradas, colocadlas en el fondo de la bandeja del ternasco. Se terminarán de cocinar con el jugo del asado, quedando tiernas por dentro y doradas por fuera.
- Verduras asadas:
- Elegid una combinación de pimientos rojos y verdes, calabacín y berenjena. Cortadlos en tiras o rodajas gruesas y colocadlos en otra bandeja con un chorrito de aceite, sal y romero.
- Asadlas durante 30 minutos a 180 ºC, removiendo a mitad de cocción.
- Al servir, podéis mezclarlas con un poco del jugo del ternasco o presentarlas aparte para añadir frescura y color al plato.
- Ensalada ligera:
- Si buscáis un acompañamiento fresco, mezclad brotes tiernos, tomate cherry, cebolla morada y un toque de vinagre balsámico.
- Aliñad justo antes de servir para mantener la textura crujiente de las hojas.
- Esta ensalada equilibrará la potencia del asado y aportará un contrapunto refrescante.
Y, como broche final, nada mejor que un vino blanco afrutado o un tinto joven de Garnacha. Su aroma suave y su cuerpo medio realzan los matices del ajillo y redondean una comida digna de cualquier celebración familiar o festiva.
Historia y curiosidades sobre las chuletas de pavo
Las chuletas de pavo han ganado terreno en la cocina moderna por su versatilidad y su aporte nutritivo. Son una fuente de proteínas magras, con bajo contenido en grasa y un sabor suave que se adapta tanto a preparaciones tradicionales como gourmet.
Este corte, que puede provenir del contramuslo o de la pechuga del pavo, comenzó a popularizarse en la cocina española en los años 90, cuando los consumidores buscaban alternativas más ligeras a la carne roja. Hoy, las recetas de chuletas de pavo al ajillo y al horno son un ejemplo perfecto de cómo un plato sencillo puede transformarse en una experiencia llena de sabor, aroma y tradición
Preguntas frecuentes sobre la paletilla de ternasco
Las chuletas de pavo suelen obtenerse del contramuslo o de la pechuga, dependiendo del corte. Las de contramuslo son más jugosas, mientras que las de pechuga son más magras.
Aproximadamente 130 kcal por unidad (dependiendo del tamaño y del aceite utilizado). Es una opción saludable y rica en proteínas.
Sí. Puedes aprovechar la base del ajillo y añadir un poco de caldo o vino blanco para crear una salsa más espesa y aromática. También combinan bien con una salsa de verduras o champiñones.
Entre 35 y 45 minutos, dependiendo del grosor del corte y de la potencia del horno. Es importante voltearlas a mitad del tiempo para que se cocinen de forma uniforme.
Sí, se conservan perfectamente si las guardas en bolsas herméticas. Lo ideal es congelarlas ya marinadas, así absorberán mejor los sabores cuando se descongelen.
Evita cocinarlas a fuego excesivo y respeta los tiempos de cocción. Un marinado con ajo, perejil y vino blanco ayuda a mantener la humedad y potencia el sabor.



