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Entrecot a la pimienta: una receta clásica llena de sabor
Pocas cosas hay más placenteras que escuchar el chisporroteo de un buen entrecot de ternera marcándose en la sartén. Ese instante en que la grasa se funde, el aroma inunda la cocina y sabemos que estamos a punto de disfrutar de un bocado tierno, jugoso y con carácter.
Hoy os traemos una receta que nunca pasa de moda: el entrecot a la pimienta, un plato clásico, elegante y fácil de preparar que conquista por su salsa cremosa con nata y coñac y por la intensidad de su sabor.
Ideal para una comida especial o para daros un capricho de fin de semana, esta receta os permitirá disfrutar de una carne de primera como merece: con mimo, fuego medio y una salsa que la realza sin esconder su esencia.
Ingredientes
Aunque el entrecot de ternera es uno de esos cortes que brillan por sí solos con apenas sal y fuego, en Carnicería Víctor Salvo os vamos a enseñar cómo preparar un entrecot a la pimienta al más puro estilo clásico francés, con su salsa cremosa de nata y coñac. Una receta sencilla pero elegante, pensada para que deleitéis vuestro paladar y el de vuestros invitados con una carne jugosa, llena de aroma y sabor, y disfrutéis de la mejor gastronomía en casa como en un buen restaurante.
Ingredientes necesarios para el entrecot a la pimienta para 2 personas
- 2 entrecots de ternera (de unos 250-300 g cada uno)
- 100 ml de nata para cocinar
- 1 cucharada de granos de pimienta verde
- 1 chorrito de coñac o brandy
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Sal gruesa o en escamas al gusto
- 2 patatas medianas
- Aceite de oliva suave para freír
- Sal al gusto

Receta de ENTRECOT A LA PIMIENTA
A continuación, os presentamos la receta de entrecot a la pimienta, uno de los platos más clásicos y apreciados por los amantes de la carne. Aunque el entrecot por sí solo ya es una auténtica delicia, la salsa a la pimienta le aporta un toque elegante, aromático y ligeramente picante que convierte cada bocado en una experiencia irresistible.
Preparación del ENTRECOT
Esta receta es sencilla y rápida, pero requiere cuidar algunos detalles para que el resultado sea perfecto. La clave está en elegir un buen entrecot de ternera y controlar bien los tiempos de cocinado.
- En primer lugar, sacad los entrecots de la nevera unos 30 minutos antes de cocinarlos. Es importante que la carne esté a temperatura ambiente para que se cocine de forma uniforme y mantenga toda su jugosidad.
- Secad bien los entrecots con papel de cocina y salpimentadlos ligeramente solo con sal gruesa o en escamas. En una sartén o plancha, calentad una mezcla de aceite de oliva virgen extra y una nuez de mantequilla hasta que empiece a humear ligeramente.
- Colocad los entrecots sobre la sartén caliente y selladlos 2-3 minutos por cada lado, según el punto deseado. Evitad mover la carne durante el sellado para conseguir una costra dorada y sabrosa que conserve todos sus jugos en el interior.
- Una vez marcados, retirad los entrecots y dejadlos reposar unos minutos sobre un plato templado.
Prepara la salsa A LA PIMIENTA DESDE CERO
La salsa a la pimienta es el alma de esta receta, una combinación de suavidad y carácter que realza el sabor de la carne sin enmascararlo.
- En la misma sartén donde habéis cocinado los entrecots (sin limpiarla, para aprovechar todos los jugos), añadid los granos de pimienta verde y rehogadlos unos segundos a fuego medio. A continuación, verted un chorrito de coñac o brandy y flambead con cuidado para que se evapore el alcohol.
- Cuando la llama se apague, añadid 100 ml de nata para cocinar y mezclad bien con una cuchara de madera, raspando el fondo de la sartén para integrar todo el sabor.
- Dejad que la salsa reduzca unos minutos hasta que espese ligeramente y adquiera un tono beige cremoso.
- Si queréis un sabor más potente, podéis añadir una pizca de mostaza de Dijon o un poco de mantequilla al final.
Cocción Y PRESENTACIÓN DEL ENTRECOT
Una vez lista la salsa, llega el momento de unir todos los elementos.
- Colocad de nuevo los entrecots en la sartén con la salsa y dejadlos cocinar un minuto más por cada lado a fuego bajo, solo para que absorban parte del aroma y el calor de la salsa.
- Después, servidlos en un plato amplio, napando ligeramente con la salsa o colocándola aparte en una salsera.
- Si queréis darle un toque más visual, podéis añadir unos granos de pimienta verde enteros por encima o una ramita de perejil fresco.
- El resultado: una carne tierna, jugosa, con el punto justo de picante y un aroma que os transportará directamente a los mejores bistrós franceses.

No te olvides de los acompañamientos
Durante la preparación del entrecot, podéis aprovechar para hacer una guarnición de patatas que combine a la perfección con la salsa y la carne.
Os recomendamos unas patatas fritas caseras o panaderas, doradas por fuera y tiernas por dentro. Ese toque crujiente contrasta de maravilla con la untuosidad de la salsa a la pimienta y la jugosidad del entrecot.
Y si queréis redondear la experiencia, servidlo con un vino tinto con cuerpo, como un Rioja Crianza o un Ribera del Duero, que realzará los matices de la carne y la cremosidad de la salsa.

Un sabor auténtico y sorprendente
Historia de la receta del entrecot a la pimienta
Nunca está de más conocer el trasfondo histórico de una preparación, especialmente cuando se trata de una receta que ha trascendido fronteras y se ha convertido en un clásico de la gastronomía internacional. Saber de dónde viene el entrecot a la pimienta, cómo se empezó a preparar y cómo ha evolucionado con el paso del tiempo, nos ayuda a apreciar aún más cada bocado de esta delicia.
Pero, ¿sabíais que el entrecot a la pimienta tiene sus raíces en la alta cocina francesa? Su historia se remonta a los elegantes bistrots de París del siglo XIX, donde los cocineros buscaban acompañar los mejores cortes de carne con salsas intensas y refinadas que realzaran su sabor sin enmascararlo.
Con el paso del tiempo, esta preparación cruzó fronteras y se hizo un hueco en la cocina española, manteniendo su esencia: una carne jugosa, una salsa cremosa y ese equilibrio perfecto entre intensidad y delicadeza que la convierte en un plato imprescindible.



